25.10.06

La primera y última travesía del Vasa

Siempre me han fascinado esos hallazgos en que los restos aparecen, por diferentes causas, milagrosamente bien conservados. La tumba de Tutankhamon, los soldados de terracota, Pompeya… son como cápsulas en las que el tiempo se hubiera detenido para permitirnos echar una ojeada.

El tema de hoy se acoge a esta categoría. Es un navío de guerra del siglo XVII llamado Vasa y se encuentra en un museo en un estado francamente bueno. No se puede decir que esté como el día de su botadura, pero es el único barco de su categoría que se conserva. La única pena es que está en Estocolmo, y a lo mejor a algunos nos cae un poco lejos.

Su asombroso estado de conservación se debe a que quedó hundido en el fango en una zona de muy bajas temperaturas y en la que además no viven bichejos que se alimenten de madera. Su pecio fue descubierto en 1956 y las labores de rescate comenzaron en seguida hasta que el el 24 de abril de 1961 el Vasa volvía a surcar las aguas del mar Báltico tras permanecer más de tres siglos sumergido.

Os acordáis de una réplica de la nao Victoria que se botó en Sevilla en 1991? Pues el Vasa tuvo un bautismo parecido. Este barco, que fue concebido como buque insignia de la armada sueca, se echó a la mar el mes de agosto de 1628. En el puerto de Estocolmo, frente al palacio real, convocadas las autoridades y ante una multitud de curiosos el Vasa levó anclas con toda su tripulación y con bastantes invitados de honor a bordo. Lo empujaba una suave brisa que a los pocos minutos se convirtió en un airecillo algo más fuerte que hizo que el barco se inclinara peligrosamente. El capitán, poco confiado en esta nave, mandó bajar trapo para disminuir la resistencia al viento, pero no fue suficiente. Al siguiente bandazo el barco no resistió y escoró, penetrando el agua a raudales por las troneras de los cañones; a los quince minutos de partir ya estaba hundido. Qué chasco!

Pero ahora veamos las causas. Este galeón fue encargado por Gustavo II Adolfo de Suecia. Lo bautizó Vasa en referencia a su familia. Cuando vio los planos que le enseñaba el constructor no le pareció lo suficientemente impresionante, así que decidió modificarlos por su cuenta. Le añadió una cubierta de cañones más y ya puestos le hizo algún retoque por allí y otro por acá. El resultado ya lo conocemos. Como el constructor no se atrevía a contradecir al rey ejecutó el proyecto tal y como deseaba el soberano, aunque intentó rebajar los errores ensanchando un pelín la parte inferior, pero se ve que no lo bastante.

Unos días antes de la botadura se le hizo una prueba de estabilidad, consistente en hacer que treinta hombres corrieran de lado a lado por cubierta. Como aquello comenzara a bambolearse peligrosamente, mandaron parar la maniobra, pero nadie se atrevió a contradecir al rey diciendo que aquello no podía navegar.

En el accidente murieron unos treinta marineros, pero el capitán se salvó. Fue interrogado para ver si tenía culpa en los hechos. Este hombre reconoció en seguida que no se fiaba un pelo de las virtudes marineras del Vasa, así que estaba prevenido para abandonar el barco a la más mínima. Cuando le preguntaron el motivo de su desconfianza contestó que el barco pesaba más en la parte superior que en la inferior, así que era lógico que volcara. Quisieron saber entonces por qué no había mandado lastrar el barco hasta que quedara equilibrado y dijo que aquello era imposible, pues la primera fila de cañones estaba a tan sólo un metro del agua, con lo que se habría inundado el barco en caso de lastrarlo.

No es de extrañar que se hundiera con tal diseño. Pero gracias a esta real metedura de pata podemos hoy en día contemplar un auténtico galeón del siglo XVII. A mí me recuerda a “la Perla Negra”del capitán Sparrow, no sé, tiene un aire, con la madera tan dañada y ese color oscuro… a mí me gusta.

Como curiosidad, desde las ventanas del museo se puede ver a un lado el lugar donde se construyó y al otro el lugar donde se hundió, a unos pocos centenares de metros. Cuando el museo se inauguró se disparó una salva con dos cañones que pertenecieron al barco.

14 comentarios:

Dhouard dijo...

Había oído hablar de las desventuras del Vasa, esto es, que se hundió a poco de empezar a navegar, pero no sabía lo de su construcción.
Si es que parece que todos los reyes son como los Borbones, pelín tocados del ala. :-D

fridwulfa dijo...

Gran historia, sí.
A mí también me parece que se da un aire a la Perla Negra. Malditos ambos, por lo que se ve.

anilmanchego dijo...

Que casualidad, un amigo mio estuvo recientemente en ese museo y me habló de ello:
http://supercocoblog.blogspot.com/2006/10/nsta-station-stockholm.html

Me ll´mó la atecnión, y es una cosa que veré en un futuro.

Un saludo

Anónimo dijo...

Interesantísima historia. Afortunadamente varios parches del lecho marino escandinavo tienen esta propiedad. No se si sabías sobre las naves Skuldelev. Navíos vikingos que también se hundieron en el fango y tras se rescate y restauración lograron ser rearmadas.

Anónimo dijo...

Aquí hay info sobre el tema (en inglés) pero hay imágenes.

http://www2.rgzm.de/navis/ships/ship004/Ship004Engl.htm

alcaper dijo...

No lo conocía oli, muchas gracias por el enlace.

Saludos a todos

El Tipo de la Brocha dijo...

Lo que contemplamos no es un auténtico galeón, sino un "pudo ser".

Estúpidos reyes.

princesa del vértigo dijo...

Zapatero a tus zapatos, que diría aquel.

Estas imágenes hacen soñar, siempre me encantaron las pelis de piratas. Será por eso que esta Princesa del Vértigo se enamora siempre del capitán pirata.

Un saludo.

mercedes dijo...

hola!!
me encanta esta historia!
es mas, mi trabajo de investigacion es sobre el vasa.
me gustaria si tienes informacion sobre el numero de gente que murio al sacar el vasa, los años que costo sacarlo a flote, etc... me harias un favor.
gracias

darkjopea dijo...

Me encanta el blog, desde hoy hay un marcador más en mi firefox xD Saludos desde Alicante

Yana dijo...

Es emocionante descubrir cosas que se creian olvidadas, perdidas. Muy interesante el post. Mis sirenas te envian saludos, nos vemos.

Anónimo dijo...

Hace años vi un reportaje sobre el Vasa y me impresionó sobre todo la historia del esqueleto de un marinero que tenían en un laboratorio con sus ropas y todo (parecía un tripulante de la perla negra) y al que pudieron dar cristiana sepultura gracias a las inscripciones que llevaba en un anillo de casado. Por cierto, creo que su levita (creo que verde) y sus zapatos deben estar en el museo expuestos o en un almacén.

nicol dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Nilda dijo...

Gracias a Dios me permitio verlo en vivo y a todo color,vale la pena,es algo unico y super espectacular,nada que ver con las fotos que nos muestran,por cierto,me encanto ESTOCOLMO.