11.8.06

Cómo elegir reina de España ( I )

“El cielo, que tantos dominios me ha dado, me ha negado un hijo capaz de gobernarlos; me temo que me lo han de gobernar.” (Felipe II en el lecho de muerte)


La anécdota en la que se basa el artículo de hoy, totalmente cierta, siempre me ha parecido muy curiosa y dice mucho sobre la incapacidad de tomar decisiones del futuro Felipe III, incapacidad que ocasionó la aparición de la figura del valido.

A la hora de buscarle novia a su hijo, Felipe II se fijó en las hijas de María de Baviera. El motivo era que esta mujer había tenido quince hijos, y por ello pensaba que una mujer tan prolífica debía dar por fuerza hijas fecundas (y además era de la familia). De las cuatro hijas que tenía, descartó a una de ellas por su débil salud (sobreviviría a todas sus hermanas), quedando el número de candidatas definitivo en tres: Catalina, Gregoria y Margarita.


Siguiendo la costumbre de la época, se le proporcionaron al futuro novio retratos de las candidatas, para que eligiera la que más le gustara. Pero el pequeño príncipe de Asturias no era capaz de elegir por sí mismo, pasándole la tarea a su padre, quién naturalmente no quiso aceptar tal responsabilidad.


Imaginad la escena: Un salón de palacio, Felipe II y su hijo contemplando los retratos que están apoyados contra una pared;


- Hijo mío, contemplad a vuestras primas y escoged a la que más os agrade - dice Felipe II


- De ningún modo he de consentirlo padre. Dejo el asunto en manos de vuestra majestad- replica el pequeño Felipe


- Hijo, yo lo estimo, y con todo estimaré más lo que decidáis vos, puesto que ha de ser la compañera de vuestros cuidados […]-


- Yo, padre, no tengo más elección que el gusto de vuestra majestad-


Diálogo de besugos del que fue a rescatarlos la hija favorita de Felipe II, la infanta
Isabel Clara Eugenia, que propuso poner los retratos de cara a la pared y que se eligiera a suertes. Así se hizo; el príncipe dio muestras de excitación y nerviosismo, y después de una larga indecisión, al fin señaló con dedo tembloroso uno de los retratos...

Pero esto está quedando demasiado extenso. Mejor dejamos el desenlace para el siguiente post

1 comentario:

fridwulfa dijo...

¡¡¡Pero no nos dejes así, con la miel en los labios!!!