Hoy tenía pensado un artículo sobre cuernos reales, pero he decidido dejarlo para mañana y contaros algo sobre un personaje al que todos hemos oído nombrar en alguna ocasión:
Pedro I de Castilla, más conocido como “El Cruel”, rey que se ganó a pulso el apodo con el que pasó a la historia. Educado en el odio a la amante de su padre (Leonor de Guzmán) y a sus hermanastros bastardos, cuando heredó el trono de Castilla decidió que había llegado la hora de vengarse.
Mandó encarcelar a Doña Leonor, quien sería asesinada más tarde, y a continuación se dedicó a ir eliminando a sus hermanastros, matando a seis de ellos. El único superviviente fue Enrique, educado bajo la tutela del conde de Trastámara.
Los dos hermanos se convirtieron en enemigos encarnizados, y como no les faltaban apoyos a ninguno de los dos, comenzaron a librar batallas por toda Castilla en su carrera por el trono, dando lugar a la I Guerra Civil Castellana. Pedro I tenía el apoyo de los ingleses, comandados por el “Príncipe Negro”, y Enrique contaba a su vez con los franceses, entre los que se contaba el no menos famoso Bertrand Du Guesclin (famoso por su valía y por lo feo que era, según las crónicas)
Tras varios combates y reveses para los dos bandos, se produjo un enfrentamiento en el campo de Montiel, del cual salió victorioso el bastardo Enrique. Pedro I se refugió en el castillo de la localidad y allí quedó sitiado.
En un intento de escapar del cerco, intentaron comprar a Bertrand para que se pasara a su bando, ya que éste era el encargado de vigilar el sitio. El caballero francés rechazó la oferta y le comunicó el hecho a Enrique, el cual le prometió la misma recompensa si conseguía llevar a su hermanastro hasta su tienda. Dicho y hecho.
Cuando Pedro I llegó hasta la tienda de Bertrand, apareció su hermano bastardo espada en ristre y gritando
- ¿Dónde está ese judío hideputa?
- ¡El hideputa seréis vos, pues yo soy hijo legítimo del buen rey Alfonso! – respondió inmediatamente Don Pedro.
Ante tales saludos es normal que se llegara al enfrentamiento, y en la lucha iba ganando Pedro; consiguió situarse sobre Enrique y se disponía a apuñalarlo cuando Du Guesclin intervino sujetando al rey por la pierna y haciéndolo girar, momento que aprovechó el bastardo para asestarle una estocada mortal.
Tras la lucha, el caballero francés se justificó con una frase
“Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”
y con estas palabras introdujo a la casa de Trastámara en la historia. Era el 23 de marzo de 1369.
15 comentarios:
Como veo, estos gabachos siempre han sido igual de traicioneros...
Y ya, que estamos hablando de franchutes, siempre he tenido curiosidad por saber por qué a los franceses se les llama gabachos. ¿Tienes alguna idea?
Pues no tenía ni idea, pero buscando en el RAE veo que viene del provenzal gavach, que habla mal.
El "Diccionario etimológico de la lengua castellana", de Joan Corominas, dice algo más:
[..] del occitano "gavach", ‘montañés grosero’[..]
Hhmmmm... Estupendo el comienzo del blog: un poco de cultura histórica no vendrá mal a mi oxidada mente. Aún sabiendo que desenmascaro mi faceta más cotilla, espero ansiosa las crónicas de los cuernos reales...
La interpretación de traicionero cuando ayuda a su señor es la correcta?
Viene de guarda-vacas en francés.
Así se dice en los pirineos catalanes.
Adiós
Los hijos de puta siempre han tenido más influencias que los legítimos en este país. Isabel la Católica viene de esa rama y no le correspondía reinar; era Juana la Beltraneja la heredera, pero, su padre estaba receloso de su paternidad (Él
venía de una saga de infidelidades) y le dejó el Reino a su hermana.
Le está bien empleado a don Pedro, por despiadado y cruel. Es curioso porque de este hecho viene llamar a un traidorzuelo "DUGUESCLIN". Eso lo decía siempre mi padre cuando hablaba de alguién que felonamente vencía.
Recordemos que D. Pedro I "EL CRUEL" en otras cronicas era conocido como "EL JUSTICIERO" seamos legales a la historia!!!
El justiciero porque ajusticiaba (sinónimo de matar o asesinar en la época) no por repartir justicia en el sentido actual del término.
El verdadero soberano era Pedro I y los que se enfrentaron desde el principio fueron los bastardos de Alfonso XI. Es más, Don Pedro perdonó la vida a Enrique después de una revuelta frustrada.
La ambición del bastardo hizo que continuasen las guerras. El triste final del rey legítimo no deja lugar a duda de quienes eran los "hijosdeputa".
Y respecto a este último asunto: Isabel I de Castilla era hija legítima de Juan II de su segunda esposa, Isabel de Portugal, nada que ver, pues, con la bastardía que sí tenía su antepasado, Enrique de Trastámara.
HIDeputa xDD vaya que forma tenian de insultar a la gente .. --'
Un buen artículo, ha sido un placer visitar tu blog.
Un saludo de J. J. Danwcer
Un articulo con clara inclinación hacia los vencedores. Es lo que le ha ocurrido a Don Pedro I durante todos estos siglos, al ser el perdedor de la historia. Felipe II trató de corregir la mala fama de Pedro I con el sobrenombre de "el justiciero". Desde entonces se aplican los dos sobrenombres, dependiendo la visión que se quiere dar sobre este interesante personaje de la historia española.
Saludos,
Qué comentario más machista y poco riguroso, además ¡anónimo!
Totalmente de acuerdo , comentario machista y además anónimo.
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