Para hoy os propongo una historia bastante conocida, pero que la mayoría da por cierta cuando en realidad es completamente falsa. La famosa carta del Jefe Seattle.
Todo comienza en 1854, cuando el gobierno de Estados Unidos le hace una oferta a la tribu Suquamish para adquirir sus tierras a cambio de una reserva. La respuesta del jefe Seattle fue la siguiente:
“El Gran Jefe Blanco de Washington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad.
Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. [..]
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña. Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos? [..]
Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra de origen cuando van a caminar entre las estrellas. Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros[..]
Tal vez sea porque soy lo que llamáis "un salvaje" y no comprenda algunas cosas...”
La carta completa es muy bonita y bastante extensa. Pero, lamentablemente, esta carta no es auténtica. Hay muchas versiones de cómo se originó, pero la más verosímil para mí es que la creó un tal Dr. Henry Smith. Tras la oferta del gobierno, se celebró una reunión entre los dirigentes indígenas y el gobernador Isaac Stevens. Smith tomó notas durante la reunión del discurso del jefe Seattle, y 30 años más tarde creó la carta basándose en tales notas, adornando las palabras originales y dándoles un aire literario, tentación lógica teniendo en cuenta que era poeta de reconocido talento.
Con el tiempo, el texto sufrió más modificaciones y a principios de los 70 recibió amplia difusión al utilizarse en una campaña medioambiental.
Como quiera que sea, la carta es bonita y merece la pena leerla, está muy extendido por la red. Y si alguno quiere darla por cierta, pues que se dé el capricho.
1 comentario:
La historia es muy buena, si no me equivoco existen 6 versiones en específico que son consideradas como posibles originales... me toco hacer un trabajo en la universidad sobre esta carta y la verdad fue muy provechoso
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